El presidente del Codicen pide revisar los paros automáticos: no es la mejor medida
El paro automático en la Escuela N.º 123: una medida controvertida
En una entrevista realizada durante el programa Sin Piedad, el presidente del Codicen, Pablo Caggiani, expresó su descontento con el paro automático declarado por la Asociación de Maestros del Uruguay en Montevideo (Ademu) tras un episodio de violencia ocurrido en la Escuela N.º 123 de Jardines del Hipódromo. Según Caggiani, aunque la indignación es comprensible, “no es la mejor medida” para responder al conflicto escolar porque puede terminar perjudicando a los estudiantes y sus familias.
Caggiani manifestó que el paro automático se produjo “en un momento de mucha indignación” tras el enfrentamiento protagonizado por un grupo de jóvenes y una madre en la Escuela N.º 123 de Jardines del Hipódromo, lo que derivó en tres días de huelga docente en Montevideo.

“Yo creo que todos los actores están de acuerdo en que no es la mejor medida. No es la mejor medida ni para abordar ese episodio ni en términos de evitar que esto vuelva a ocurrir”, dijo el jerarca. Asimismo, recordó que los actos de violencia escolar tienen explicaciones complejas:
“una explicación desde la sociología, la salud mental y la antropología”. Agregó que lo relevante es garantizar que “las consecuencias no sean tan duras para los gurises y las familias”.
¿Qué logró el paro automático?
Desde Ademu, en tanto, afirmaron que el paro permitió avances concretos. Entre ellos, la instalación de un servicio de portería permanente en la escuela afectada, la implementación del programa de Escuelas Disfrutables (con psicólogos y trabajadores sociales) y la garantía de que las docentes involucradas no tendrán descuentos salariales por los días de paralización.
Estos avances fueron destacados como un resultado positivo del paro, aunque también generaron debate sobre si fue la forma más adecuada de abordar la situación. Para algunos sectores, el paro fue una respuesta necesaria para llamar la atención sobre la problemática de la violencia en las escuelas. Para otros, como Caggiani, fue una medida que podría tener consecuencias negativas a largo plazo.
Las opiniones divididas
La decisión del paro automático generó una amplia discusión entre diferentes actores del sistema educativo. Mientras que algunos profesores y padres de familia respaldaron la medida como una forma de exigir acciones inmediatas para mejorar la seguridad en las escuelas, otros cuestionaron su eficacia y su impacto en los estudiantes.
Algunos expertos en educación señalaron que, aunque el paro puede ser una herramienta útil para generar conciencia sobre ciertos problemas, su uso repetido puede llevar a la desmotivación de los docentes y a una falta de confianza en el sistema educativo.
Por otro lado, representantes de la comunidad escolar destacaron la importancia de abordar la violencia desde una perspectiva integral, incluyendo programas de prevención, capacitación docente y apoyo psicológico para los estudiantes.
¿Qué se necesita para prevenir la violencia en las escuelas?
La situación en la Escuela N.º 123 de Jardines del Hipódromo puso de manifiesto la necesidad de implementar estrategias efectivas para prevenir la violencia en los centros educativos. Algunas de las propuestas incluyen:
- La creación de espacios seguros donde los estudiantes puedan expresar sus conflictos sin temor a represalias.
- La formación continua de los docentes en manejo de conflictos y en técnicas de mediación.
- La promoción de actividades extracurriculares que fomenten el trabajo en equipo y la empatía entre los estudiantes.
- La colaboración entre la escuela, las familias y la comunidad para identificar y abordar las causas profundas de la violencia.
Estas medidas, si se implementan de manera coordinada, podrían contribuir significativamente a crear un entorno escolar más seguro y respetuoso.
Conclusión
El paro automático en la Escuela N.º 123 de Jardines del Hipódromo fue un evento que generó múltiples reacciones. Mientras que algunos lo vieron como una oportunidad para impulsar cambios positivos en el sistema educativo, otros lo consideraron una medida drástica que podría tener consecuencias negativas. En cualquier caso, lo que queda claro es la necesidad de abordar la violencia escolar con enfoques integrales y sostenibles, que involucren a todos los actores del sistema educativo.