Policía "Willy EC" denuncia que autoridades educativas presentaron una queja tras ayudar a un niño que escapó de su escuela

El caso del sargento Wilmer Peñaherrera y la denuncia de la escuela

Un sargento de policía, conocido en redes sociales como “Willy EC”, denunció públicamente que las autoridades de la Escuela República de Venezuela, ubicada en Quito, presentaron una queja en su contra luego de que él ayudara a un niño que se había escapado del plantel. El hecho ocurrió cuando el uniformado, fuera de servicio, observó al menor en riesgo y decidió intervenir para resguardarlo.

En un video compartido en sus redes sociales, el sargento explicó que no estaba en turno cuando vio al niño en la avenida Occidental. Según su relato, nadie del plantel salió a buscar al menor, por lo que él mismo lo detuvo para evitar un posible accidente. Tras la difusión del caso, tres personas de la institución educativa habrían presentado una queja, alegando que se vulneró el derecho a la imagen del menor.

Peñaherrera respondió que el rostro del niño fue “totalmente censurado” y que actuó únicamente para proteger su integridad. Además, señaló que la escuela no contaría con un plan de contingencia, pese a que sería la segunda ocasión en que el niño se escapaba. “Si un padre deja a su hijo en una unidad educativa, la escuela es la responsable. Imagínense que cruzaba la Occidental y un vehículo lo atropellaba”, expresó.

La reacción del sargento y la posibilidad de una investigación

El sargento mencionó que la madre del niño habría sido influenciada para apoyar la queja. En su descargo, aseguró que su ayuda fue desinteresada e incluso ofreció donar zapatos y un televisor para apoyar al menor. A pesar de esto, el uniformado indicó que responderá formalmente al documento presentado por las autoridades educativas y que solicitará que el Ministerio de Educación revise los protocolos de seguridad del plantel.

“Muchas veces uno hace el bien y recibe otra cosa a cambio, pero igual voy a comunicar lo que suceda más adelante”, concluyó el sargento. Su acción, aunque motivada por la intención de salvar al menor, generó una serie de conflictos con la institución educativa, lo que ha llevado a una discusión sobre la responsabilidad de las escuelas en casos similares.

¿Qué pasó realmente?

El episodio plantea varias interrogantes. ¿Fue correcto que un policía interviniera en un caso que, aparentemente, no era su responsabilidad? ¿Debería la escuela haber tenido un plan de contingencia para situaciones como esta? Además, ¿qué papel jugó la madre del niño en la presentación de la queja?

Según el sargento, el hecho de que el niño se haya escapado dos veces indica una falta de supervisión o protocolos adecuados. Sin embargo, la respuesta de la escuela parece haber sido más defensiva que constructiva. Es importante analizar si la denuncia fue justificada o si hubo una intención de castigar al policía por su intervención.

Posibles consecuencias

La situación podría tener implicaciones legales y éticas. Si la escuela presenta una queja formal, podría haber un proceso de revisión por parte de las autoridades correspondientes. Además, el Ministerio de Educación podría investigar si efectivamente existen fallos en los protocolos de seguridad de la institución.

Por otro lado, el sargento está dispuesto a defender su actitud, argumentando que actuó con buena intención y sin ningún interés personal. Esta postura refuerza la idea de que, en ciertos momentos, la intervención de ciudadanos puede ser clave para prevenir tragedias.

Conclusión

El caso de Wilmer Peñaherrera muestra cómo las acciones individuales pueden generar controversia, especialmente cuando involucran a figuras públicas o instituciones. Aunque su intención fue proteger al menor, el resultado fue una denuncia que exige una evaluación cuidadosa de las responsabilidades de cada parte involucrada.

Es fundamental que las escuelas implementen medidas preventivas para evitar que niños se escapen, y que los ciudadanos, al actuar con buenas intenciones, puedan hacerlo sin temor a represalias. La sociedad debe valorar acciones como las de Peñaherrera, mientras también busca soluciones estructurales para evitar que situaciones similares se repitan.